Sobre Ratzinger
Opinión de disidente

He leído y escuchado mucha opinión publica católica y no católica respecto al nuevo Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger. Y creo que no es suficiente; estamos reflexionando a cerca de los alcances no sólo religiosos, sino políticos de quien guiará los dogmas de la Iglesia Católica en el futuro. El comentario de Patricio Navia me parece cauteloso e introductivo al archivo que adjunta. Por fortuna los tiempos de las comunicaciones y los medios nos facilitan información. Y creo que para los católicos debería ser un deber informarse de quién es Ratzinger y por qué nuestro “representante” Medina aplaudía tan entusiasta. Ratzinger representa, sin duda, al sector más estricto. Diría que la generalidad de los católicos no son estudiosos de las doctrinas, sino más bien una preservación de conceptos cándidos que ilustraron nuestros espíritus cuando niños. Reconozco el valor de la comunicación moderna respecto a las imágenes, como fue la campaña tras el pontificado de Juan Pablo II, y la atracción que ejerció en masas. No pongo en duda el valor de la persona, pero lo relevante son las leyes que influyen en la ética y moral de gran parte de la sociedad civil del mundo. Tal como reflexiona Navia en su escrito suspicaz, habría que estar atento a su pontificado. La elección de Ratzinger es celebrada por la Prelatura del Opus Dei, (permítanme una expresión poco protocolar: brrr!...aterrador) y no ha de extrañar ya, que exista una sintonía respecto a los discursos y documentos disciplinares. Ratzinger hasta su nombramiento, fue responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, antiguamente llamada Universal Inquisición. Y reconocido miembro del verdadero poder en el Vaticano junto a Dziwisz, Sodano y Herranz. Si el mundo católico laico y las sociedades todas aceptamos las intransigencias en el Pontificado de Juan Pablo II, seguirá la misma pluma escribiendo el futuro de Benedicto XVI.